Mientras almorzaba con una amiga hace unos días, la conversación se fundió en un tema muy interesante: “las oraciones sin respuesta”. Mientras compartíamos nuestros pensamientos, sucede que ambas hemos estado luchando con la pregunta: «¿Por qué Dios, por qué?»
Al final de nuestra cita, mientras me dirigía a casa, me vino a la mente la historia de Job. Un ...